La Funeraria busca a la persona fallecida en el lugar que se encuentre. La llevan a la Casa Velatoria en un Furgón destinado para ello. Luego pasan el cuerpo de la camilla al cajón que la familia eligió previamente y lo colocan en la Sala Velatoria. El cuerpo es preparado y presentado para que los familiares y gente cercana se despidan de el. Una vez transcurrido un plazo aproximado de doce horas el cajón se cierra previo al despido íntimo de los familiares más cercanos. Se invita a tomar de las manijas el cajón para subirlo a la carroza fúnebre. De allí el cortejo avanza hacia la iglesia en el caso de tratarse de una persona de origen católico o de algún otro lugar que resulte significativo para el muerto. El cortejo sigue desde allí hasta el cementerio donde los empleados del mismo esperan al cajón para trasladarlo hacia el nicho o a la sepultura en tierra que en dicho caso ya se encuentra cavada. Una vez allí se encuentran solo los familiares y amigos del difunto y en algunos casos se dicen palabras recordatorias, se aplaude, se arroja tierra de a puñados, etc. Finalizado el entierro o la colocación en nicho los familiares y amigos se retiran.
Juan
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