miércoles, 23 de julio de 2008

22 Julio Sara

Llevan encuentros increibles. Hay personas que nos hablan y luego no queron mas hacerlo, hay gente cuya voz nos paraliza. No se, es como si eschucharamos por la primera vez alguien hablar.
(solo tengo 25 anos e vengo desde un pays desvergonzado, tal vez es por esto que me sorprendo y me veo atràs).
Cecilia contaba su historia y yo esperaba que no acabase de hablar. Me parecia que su voz me acariciaba la cabeza, no sè si fuese su tono, pero havia una calma en su rostro, que no podia dejar de mirarla. Sus labios tremeban ligeramente pero ella era una sonrisa. Dice que recorda y difundir de su hermana es lo que l’ayuda a no volverse loca. Un dramaturgo ingles decia que uno se vuelve loco si lo en que cree no tiene alguna relazion con como se vive.
Yo estuve entre la chica de Madrid y Paula, de Chile. Ella, antes de ver quien le esta delante, creo que pase a traves de millardos des imágenes cuyas invaden su pensamiento mientras escucha alguien. Juego a adivinar y digo que ella construye castillos de palabras, películas y bastidores. Piensa veloz, busca la performance en los movimientos y en los actos con el fin social. Es impaciente de tomar en mano la camara. Se siente estallar, lo se, para sus ideas con que podriamos hacer un banquete y no se sienta nunca, solo un cuerpo con su nombre lo hace. Me interesa el echo que el tema la pueda aburrir simplemente, asi que a eso camina cerca o paralela, solo donde algo la atrae. Bueno para mi.

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