Después de la reunión me surgen distintos interrogantes. Me hago preguntas tales como si no serán las baldosas una analogía con las tumbas o sepulturas?. Es que entre las frases que me han quedado de la charla con Mónica recuerdo lo de que la gente no descansa hasta no ver a sus muertos enterrados. Los cuerpos necesitan de una ceremonia en donde la muerte se haga palpable, quizás, hasta visible. Otra de las cuestiones que me quedaron haciendo eco fueron las relacionadas a la anécdota que relato Mónica en la cual cuenta que una madre a la cual se llevaron a los hijos se negó a la colocación de una baldosa ya que ella “ya los había olvidado”. Desde mi punto de vista ello implicaría que no tiene intenciones de pasar por el “proceso de las baldosas”, que ella ya “lo ha hecho por si misma”. Esto me lleva a pensar en el tema del olvido. Que es olvidar?. Tendrá un sentido negativo, positivo, o ambos?. Se protege uno con el olvido, inconcientemente claro esta?, Las baldosas implican un olvido? Puede ser que el olvido implica también resolver cosas del pasado? Puede convivir el olvido y la memoria?. No digo que el olvido ayude a algo, pero creo que el tema de los desaparecidos tiene que ver no solo con un olvido sino con un desacuerdo. Hay gente que piensa que la dictadura fue positiva. Cuando en el documental de Carmen se muestra a unas mujeres dando su opinión de Patti, no es que no recuerden sino que quizás les de pudor creer y decir que lo que hizo Patti fue brutal, inhumano, atroz, etc. Otra idea relacionada a la analogía con las sepulturas surge en la charla de grupo. Si las tumbas están ubicadas en lugares adonde solo se trata de tumbas, cual seria el caso de las baldosas que se encuentran en la vereda publica, si es que intentamos hacer una analogía entre ellas?. La respuesta a esto podría ser que de esta manera se pretende involucrar a la sociedad en su conjunto, logrando generar un ejercicio de memoria. La gente cada vez que pasa debe necesariamente tener que pensar en la persona que esa baldosa representa. O quizás no. quizás la repetición hasta el hartazgo de encontrarse todos los días con la baldosa termine por quitarle la particularidad y pase a ser parte del escenario cotidiano de todos. Los cuerpos no se han encontrado, las responsabilidades no se han determinado en su totalidad, por ende los familiares, amigos y la gente interesada en el tema necesitan tratarlo y resolverlo de algún modo. La colocación de las baldosas puede ser un ejercicio en todo sentido, de memoria, de relación, de práctica política, de militancia, de encuentro, de debate, de expresión, de participación, y demás ejercicios que cualquiera que se encuentre apelado intentara realizar. En el caso del movimiento que hemos visitado considero que las baldosas están en segundo lugar, lo que importa realmente parecería ser el proceso para llegar a ellas, el encuentro con la familia, la charla con los vecinos, las peleas, las discusiones, los abrazos, las lagrimas y todo lo que el dolor de ese recuerdo y la injusticia puede generar en las personas.
Juan
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